DOMINGO 1 DE CUARESMA C
Si el Miércoles de Ceniza escuchábamos la invitación a la conversión del corazón para rehacer nuestras relaciones con los demás, con Dios y con nosotros mismos, hoy somos exhortados a no caer en la tentación, tal como rezamos en el padrenuestro.
En la segunda parte del padrenuestro pedimos a Dios lo que cualquier padre o madre nunca negará a sus hijos: el pan, el perdón y el amparo ante la tentación y el mal. Y es verdad, un buen padre y una buena madre advierten a los hijos ante los peligros que les puede presentar la vida.
Nuestro Padre-Dios bueno nos advierte, al empezar la Cuaresma, para que no nos descuidemos. Que las tentaciones siempre están vigentes: la preocupación excesiva por los bienes materiales, la preocupación del poder y el dominio sobre los demás y la preocupación por los honores. Si nos descuidamos seguiremos cayendo en esas tentaciones. Y el Padre bueno nos advierte: ¡ten cuidado!
Antes de participar en la Eucaristía, ponemos el acento en estas palabras del Padrenuestro: «...no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal».
Argelio Domínguez
Creo en Dios y en la palabra. No hay forma humana mejor de comunicarse.